Ooroo nació en Celegia; un planeta en el que los nativos sensibles a la Fuerza son muy poco comunes. Ooroo encontró la percepción suficiente para ser entrenado y convertirse, con el paso de los años, en un destacado Maestro Jedi.
EL INSTRUCTOR DE OSSUS
Los celegianos respiran cianógeno (mezcla de gases de cianuro) en su planeta natal, siendo el oxígeno, incluso en pequeñas concentraciones, totalmente tóxico para la especie. Ooroo llevó a cabo sus enseñanzas en un pequeño centro de entrenamiento Jedi en Ossus, un planeta con una atmósfera rica en oxígeno, por lo que el Maestro vivía sumergido en una cisterna estanca donde el cianógeno líquido se iba autorenovando.
Esto nunca afectó a su capacidad de empuñar su sable de luz, aunque en raras ocasiones lo empleaba, prefiriendo hacer uso de sus extraordinarias habilidades de la Fuerza.
El estudiante más destacado de Ooroo fue Odan•Urr, un joven draethos que una vez completada su formación y habiéndose convertido en Caballero Jedi, decidió permanecer en Ossus junto a su Maestro para seguir indagando en la naturaleza de la Fuerza, estudiando numerosos documentos antiguos sobre la historia de los Sith.
A diferencia del resto de los alumnos de Ooroo, Urr mostraba siempre un gran interés por la lectura de los antiguos pergaminos. El joven sólo abandonaba sus estudios, aunque siempre a regañadientes, cuando su Maestro se lo ordenaba. Fascinado por el temperamento pacífico de su antiguo estudiante, Ooroo decidió enviar a Odan•Urr a Koros para que auxiliase a la Emperatriz Teta y a su asesor Memit Nadill, en sus esfuerzos por derrotar a los piratas rebeldes y así recuperar el control de los siete planetas del sistema.
Odan•Urr logró salvar muchas vidas con sus conocimientos sobre una oscura rama de la Fuerza, conocida como la “meditación de combate”. Este poder que también era capaz de emplear su Maestro Ooroo, evitó numerosos baños de sangre y ayudó a las fuerzas tetanas a lograr la victoria final.
Cuando Ooroo recibió las noticias de los grandes logros de su aprendiz, recomendó al Caballero Jedi permanecer en el Sistema Koros para ayudar a la Emperatriz a restaurar de nuevo el orden en la alianza de los siete planetas. Las negociaciones fueron un gran éxito, gracias a la mediación de Odan•Urr, y el sistema pasó a denominarse Emperatriz Teta en honor a la sabia dirigente.
VISIONES FUTURAS
Mientras su antiguo pupilo permanecía realizando su labor en Koros, Ooroo tuvo varias visiones sobre el antiguo Imperio Sith y de la guerra inminente que azotaría a la República. Las imágenes que recibía el maestro le hicieron testigo del funeral del Lord Oscuro de los Sith, Marka Ragnos, y de la rivalidad de los dos aspirantes al trono: Naga Sadow y Ludo Kressh. La gran ambición de Sadow por invadir la República y ampliar las fronteras del Imperio Sith atemorizaron al Maestro Ooroo sobre las terribles consecuencias que este hecho llevaría consigo.
Odan•Urr tuvo las mismas visiones que su Maestro en Koros, y asoció la amenaza a los antiguos Jedi Oscuros que fueron desterrados de la República milenios atrás. El joven relató sus visiones a la Emperatriz y a Nadill y los apremió para dirigirse al Senado de Coruscant, donde plantear la amenaza Sith a la República. Los senadores se mostraron muy escépticos ante las palabras de la Emperatriz, y se negaron a atemorizar innecesariamente a la República y preparar a las tropas para la guerra, sólo por los sueños de un joven Jedi.
Varios días después el Maestro Ooroo viajó a Koros para comprobar los progresos de su antiguo estudiante y reunirse con la Emperatriz Teta. El Maestro celegiano reveló también sus visiones y justificó la veracidad de la intervención en el Senado días atrás. La Emperatriz Teta, que había logrado la estabilidad en el sistema gracias a la ayuda de los Jedi, respaldó a Ooroo y preparó sus tropas a espaldas de la República.
Los acontecimientos previos a la Gran Guerra Hiperespacial se precipitaron con la llegada de Jori Daragon a bordo de la “Starbreaker 12” a Coruscant. La joven exploradora alertó a la República de los propósitos del Imperio Sith y de la inminente invasión de Naga Sadow.
Memit Nadill viajó entonces a Coruscant para reunirse con los miembros de la Orden Jedi y certificar la autenticidad del aviso de la joven Daragon. Por su parte, Ooroo y Odan•Urr permanecieron en Koros preparando a las fuerzas tetanas para una invasión a gran escala.
LA BATALLA DE KIRREK
Nadill reunió a los Caballeros Jedi de Coruscant pero sus esfuerzos fueron inútiles. Sadow ayudándose de magia ilusoria Sith, atacó la capital republicana con cientos de naves de guerra.
Mientras tanto, Ooroo y Odan•Urr se establecieron en Kirrek para comandar a las fuerzas de la Emperatriz. Los piratas rebeldes que Odan•Urr había ayudado a derrotar años atrás se unieron en apoyo del ejército tetano en un gesto de perdón por sus acciones pasadas.
El inmenso ejército de Koros creó una barricada alrededor de la enorme Ciudadela de Kirrek con miles de emplazamientos militares, cada uno con cientos de guerreros esperando en los áridos páramos de las afueras. Las fuerzas enemigas, formadas por miles de guerreros massassi, behemoths y gusanos de guerra Sith, trataron durante horas de derribar las puertas de la ciudadela.
Odan•Urr de dijo a su Maestro que no existían posibilidades de victoria, ya que ni siquiera la “meditación de combate” sería útil contra la diferencia numérica de los Sith. Ooroo calmó a su pupilo explicándole que también había presenciado estos hechos, y que disponía de un plan que les daría la victoria.
Cuando las hordas massassi estaban a punto de penetrar en la ciudadela, Ooroo ordenó a Odan•Urr que se retirara junto a sus tropas. El joven a regañadientes se retiró con los soldados, abandonando a Ooroo en el campo de batalla.
Los guerreros massassi, viendo la retirada del enemigo, rodearon al Maestro Jedi. Fue entonces cuando Ooroo perforó con sus tentáculos su cápsula vital, liberando los gases de cianógeno a la atmósfera, envenenando a las tropas massassi hasta acabar con sus vidas. Al mismo tiempo, el oxígeno que iba penetrando en la cisterna de Ooroo fue matando lentamente al Maestro Jedi.
Pese a que las unidades massassi más fuertes habían sido vencidas, las fuerzas Sith se reagruparon para atacar de nuevo. De repente, decenas de cruceros tetanos atravesaron la atmósfera transportando a miles de prisioneros de Ronika (planeta prisión de Koros), que habían sido puestos en libertad para luchar por la Emperatriz Teta. Los Sith que ya habían sufrido una gran pérdida, retrocedieron y huyeron ante esta nueva ola de enemigos.
Aunque ya no podía moverse, Ooroo no había fallecido. Entristecido por el sacrificio de su Maestro, Odan•Urr recibió de éste su última visión. Ooroo le reveló que envejecería como un gran Jedi, rodeado de sus preciados libros y pergaminos en Ossus. La profecía del Maestro se cumplió en parte al convertirse Odan·Urr en Maestro Jedi y fundador de la Gran Biblioteca de Ossus.
Ooroo recibió el título póstumo de “Mártir de Kirrek” por su noble acción en la batalla de la Ciudadela.
1 comentario:
Me encanta el Ooroo, sobre todo por su final tan samurai que se marca en plan "Y he aquí que veo a mis padres y hermanos..."
Sin embargo, Odan Urr es el que corta el bacalao... además, su nombre me encanta "uurrr, urrrrr.." XDDDD y es quien realmente codificó las normas de los Jedi, vamos, el Nebrija de la Órden XD
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