Continuamos una semana más el periplo de los héroes galácticos acorde a los puntos de Joseph Campbell.
10. EL SACRIFICIO Y LA TRAICIÓN
A medida que Luke a accediendo a los conocimientos de la Fuerza, tiene una visión del futuro; la imagen de sus amigos en peligro que le lleva, sin haber concluido su entrenamiento Jedi, a partir impetuoso hacia Cloud City en Bespin. La Ciudad de las Nubes supondrá un entorno de sacrificio y traición para los héroes.
La apertura de la mente (en el caso de Luke) y de los corazones (en el de Han) requiere de un sacrificio, y éste suele estar acompañado de la traición. En los relatos evangélicos, Judas Iscariote vende a Jesús por treinta monedas de plata. En la trilogía original, el traidor es el astuto y carismático Lando Calrissian, un antiguo camarada de Han que recibe a éste con los brazos abiertos para entregarlo seguidamente a Vader. Esta crisis encarrilará al propio Lando en su viaje del héroe y a su transformación en El Retorno del Jedi.
Vader decreta que Han sea congelado vivo en una “tumba” de carbonita. La cámara de congelación del gas tibanna, es otro símbolo más del infierno, con sus vapores de sulfuro y ese fulgor carmesí. La Ciudad de las Nubes esconde bajo su velo glamuroso un abismo infernal en el que Han será “convertido en piedra”.
Este acto se encuentra en muchas historias míticas. Por ejemplo, cuando Lot y su familia huyen de las bíblicas Sodoma y Gomorra para escapar de la ira de Dios, la esposa de Lot se gira para contemplar la masacre y se transforma en una estatua de sal. Perseo emplea la cabeza de la Gorgona para convertir en piedra a sus enemigos.
Igualmente Han es “convertido en piedra” cuando es moldeado por la carbonita, y sus rescatadores tendrán que descender nuevamente en el submundo de Jabba el Hutt para reclamarle. Como Orfeo en su viaje al reino de la muerte para reencontrase con su esposa Eurídice, en este caso será Leia quien rescate a Han.
Las últimas palabras de Han antes de ser obligado a entrar en la cámara de congelación, son su especial reconocimiento de su amor por Leia. En la Edad Media, el héroe sólo lograba mostrar la máxima expresión de su masculinidad cuando era capaz de rendirla a los pies de una dama.
Han es un héroe atípico que no reconoce abiertamente su amor en palabras hacia Leia; contesta un “lo sé” a un “te quiero”. Pero ya hemos visto también, que Leia no entra en el rol de víctima desvalida en toda la trilogía, por lo que se asume esa respuesta de Han como la más propia de su personaje, aunque con hechos a estas alturas ya haya demostrado lo contrario el corelliano.
Han entrando en estado de “perfecta hibernación” es a su vez otro episodio dotado de sus propios elementos míticos. Con frecuencia el héroe es mostrado en una especie de letargo durmiente hasta que le llega la hora de su despertar. La “losa” de carbonita es de hecho una tumba, sólo que en términos mitológicos la muerte no supone el fin de la existencia, sino el umbral hacia una nueva vida.
Cloud City marca el punto de inflexión en la trilogía original, agrupando a todas las fuerzas del destino para converger en este contexto. Luke parece encontrarse de nuevo en un laberinto, pero esta vez se abre camino hacia Darth Vader, no huye de él. Se sumerge en el inframundo de la ciudad, repleto de emanaciones sulfurosas, fosos, túneles y abismos sin fondo (me viene al recuerdo la genial película “Golpe en la Pequeña China”, en la que los personajes también realizan un descenso a un entorno similar).
El monstruo que habita en el centro del laberinto no es un ente extraño para Luke, sino parte de sí mismo como el propio joven descubrirá. Vader es realmente Anakin, el padre de Luke y muy afín a su personalidad (Anakin = and akin = y afín).
Como Joseph Campbell explica en su obra: “El héroe descubre y asimila a su opuesto (su propio e inesperado yo)… Una a una, las barreras de la autoprotección elevadas en su psique y en su espíritu van derrumbándose. Deberá dejar de lado su orgullo, su virtud, belleza y vida, e inclinarse o someterse a aquello que se le hacía absolutamente intolerable en su vida. Será entonces cuando descubrirá que él y su opuesto no son especies distintas, sino de la misma carne."
En la batalla que se libra entre Luke y Vader, el padre es enfrentado al hijo por el dominio de la galaxia. En la mitología griega, a Cronos (Saturno en la romana) le es revelado que uno de sus hijos le sucederá como líder de los dioses. Para evitar la profecía, Cronos devora a sus vástagos menos al más pequeño de ellos, ocultado por su esposa Gaia. Este niño, Zeus, crecerá para matar a su padre, liberar a los suyos y casarse con su hermana.
En Star Wars, Vader también deberá devorar a su hijo para asegurar la vigencia del Imperio. En este escenario, Luke no puede imponerse a pesar de sus nuevas habilidades. Sufre lo que los antiguos griegos denominaban “el pecado de hibris”, una irrefrenable soberbia que ciega al héroe y le impide aprovechar todo su potencial. Luke se ha precipitado buscando de forma prematura un enfrentamiento con Vader y lo pagará caro: Vader le cortará la mano. La mutilación del héroe o deidad es otro suceso arquetípico en los mitos ancestrales.
Por el momento, Vader y Luke están enzarzados en su particular combate. Vader no ha sido capaz de dominar a Luke a través del miedo, por lo que ahora trata de seducirle tras ser abatido. Vader apela en un principio al instinto de supervivencia del joven: “No hay escapatoria, no me obligues a destruirte”. Seguidamente, intenta atraerle por la única salida de adulación y egoísmo: “No te has dado cuenta de tu importancia, sólo estás empezando a descubrir tu poder. Únete a mí y yo completaré tu entrenamiento. Combinando nuestras fuerzas podemos acabar con esta beligerancia y poner orden en la galaxia”.
Incluso apuntando a los valores heroicos de Luke, el joven no cede ante las tentaciones. Muchos héroes han caído en este punto ante el deseo de emplear sus poderes para arreglar el mundo y han acabado convertidos en tiranos.
Vader empleará finalmente su carta más malévola: La familia. “Luke tu puedes destruir al Emperador, él se ha percatado de ello… únete a mi y juntos dominaremos la galaxia como padre e hijo. Ven conmigo, es el único camino”. Luke se deja caer al abismo en un acto de entrega de la propia vida, del sacrificio que se espera del héroe, desde los poemas épicos de Homero hasta los samurais japoneses.
El salto de Luke al vacío representa también su despegue definitivo de la inocencia, asegurándose que, en caso de sobrevivir, regresará como el caballero andante definitivo. Este reconocimiento final del Lado Oscuro de sí mismo pone fin a El Imperio Contraataca, y abre el camino hacia la propia transformación de Vader.
1 comentario:
Magnifica narración, como siempre.
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